Una de las experiencias más bonitas de ser padre es cuándo tu hijo dice mamá o papá por primera vez alrededor del año de edad. Pero, ¿qué sucede cuando transcurre el tiempo y tu hijo sigue sin pronunciar una sola palabra? No es fácil saber cuándo llevar a un niño al logopeda.
Soy consciente de que esto genera una situación de gran estrés en las familias. Por eso, quiero que sepas que no estás solo en esto. Un profesional de la logopedia podrá orientarte, realizar la evaluación, así como el tratamiento en caso necesario de que sea necesario.
¿Por qué mi hijo no habla?
Las habilidades lingüísticas presentan unos períodos de consolidación dentro de los cuales se espera que cada niño las desarrolle. Sin embargo, hay niños que, simplemente, siguen un ritmo más lento y necesitan más tiempo para adquirirlas. En estas situaciones no debemos preocuparnos, ya que, el niño de manera espontanea desarrollará dichas habilidades. Esto significa que tu hijo necesita algo más de tiempo que otros niños.
Otra posibilidad es que el niño padezca alguna alteración que precise un tratamiento logopédico. Sea la causa que sea, es importante desterrar consejos como “ya hablará, aún es pequeño” o “espera un poco”, ya que, esta espera, en muchas ocasiones, es contraproducente para el desarrollo adecuado del niño perdiendo un tiempo valioso. Cuanto mayor sea el tiempo transcurrido sin ponerle solución, más difícil será alcanzar el nivel de sus iguales. Entonces, ¿cómo sé si mi hijo necesita tratamiento logopédico?
Para ayudarte a despejar dudas, he confeccionado una lista de señales de alarma para que puedas prestar atención a estos indicadores y, por otro lado, permita aclarar cuándo llevar a un niño al logopeda. Como veremos, las dificultades pueden presentarse ya desde antes del año de edad. Si detectas en tu hijo alguna dificultad como las que menciono a continuación, es importante consultar con un logopeda.
¿Cómo saber cuándo llevar a un niño al logopeda?
Hasta los 4 meses
- No reacciona ante la voz ni los sonidos
- No realiza sonidos
- No sonríe ni realiza contacto ocular
- Dificultad para la succión
Entre los 4 y 8 meses
- No gira la cabeza hacia el lugar del que proviene un sonido
- No reacciona a las modificaciones que hace el adulto en su entonación
- Ausencia de llanto o de balbuceo
- No produce sonidos para imitar al adulto
Estos signos son indicadores de un posible déficit auditivo. Puedes consultar también con tu pediatra.
Entre los 8 y 12 meses
- No gira la cabeza cuando escucha su nombre
- No emite sonidos con intención comunicativa
- Balbuceo o habla sin consonantes
- Ausencia de interacción en los juegos sencillos o en los intercambios verbales con él
Entre los 12 y 18 meses
- No es capaz de emitir 3 palabras
- No señala
- No usa gestos como saludar
- Pierde habilidades ya adquiridas
A los 2 años
- Vocabulario menor de 30 palabras
- No nombra personas como papá o mamá o no dice su nombre
- No usa la palabra no
- Una persona fuera del entorno entiende menos del 50% del lenguaje del niño
- No construye frases de dos palabras
- No señala o no reconoce partes del cuerpo
- No sigue una orden simple
- No realiza juego simbólico
- No admite bien los alimentos sólidos o tiene dificultades en la masticación
Entre los 2 y 5 años
Algunos niños pueden presentar etapas de tartamudeo (repetición de sílabas, de palabras o bloqueos) que se solucionan antes de un mes. A pesar de esta resolución espontánea, si el tartamudeo es frecuente, conviene consultar con un logopeda para recibir pautas de actuación que eviten la instalación definitiva del tartamudeo.
A los 3 años
- No articula los siguientes sonidos: /m/ /n/ /ñ/ /p/ /b/ /f/ /y/, /l/ /t/
- No hace frases de tres palabras
- No emplea el plural, ni las preposiciones
- Escaso uso de verbos
- No formula preguntas
- No sigue órdenes verbales de dos pasos
- No comprende relatos sencillos
- Poco control de la saliva que provoca babeo constante
- Alteración en la oclusión dental
- Dificultad para jugar e interactuar con otros niños
A los 4 años
- No comprende instrucciones verbales de tres pasos
- Vocabulario reducido
- No elabora frases de cuatro palabras
- Omisión de sonidos y sustitución de sonidos
- No articula los siguientes sonidos: /g/ j /k/ /d/ /s/ /ie/ /bl/ /pl/ /fl/
- Lenguaje carente de artículos y pronombres
- No interacciona con otros niños
- Respiración con la boca abierta
- Traga mostrando la lengua
- Pérdida de voz frecuente, voz forzada o nasal
- Dificultad para contar sílabas ayudado por palmadas
Entre los 5 y 6 años
- Tiene dificultades en la comprensión
- Dificultad para mantener una conversación
- Dificultad para expresar sus propias vivencias o relatos cortos. En ocasiones rehúye contar hechos justificando que no sabe o no se acuerda.
- No usa frases complejas
- Lenguaje desorganizado
- Le cuesta bastante conjugar los tiempos verbales
- No articula los siguientes sonidos con cinco años: /r/ /kl/ /gl/ /tl/ /au/ /ei/ /br/ /pr/ /fr/
- No articula los siguientes sonidos con seis años: /gr/ /cr/ /dr/ /tr/ /r/ vibrante
- Dificultad para realizar trazos
- Dificultad de adquisición de conceptos lógico-matemáticos y de cálculo
De los 6 años en adelante
- No comprende lo que lee o escribe
- Discurso poco elaborado
- Errores de pronunciación
- Comete errores al leer: confusión de letras, sustitución de sílabas y de palabras
- confusión derecha-izquierda
- Comete errores al escribir: omite, añade o sustituye letras
- Combina de manera errónea letras mayúsculas y minúsculas
- Se pueden percibir errores en la secuencia, dirección y tamaño de las letras y/o números
- Tiene problemas con la ortografía
Otros motivos para llevar a un niño al logopeda
Además de los indicadores comentados anteriormente por edades, existe una gran variedad de problemas que el logopeda puede tratar. Por este motivo, es esencial conocer las funciones del logopeda.
El logopeda se encarga de la prevención, detección, evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la comunicación humana: alteraciones de la voz, de la audición, del habla, del lenguaje (oral, escrito y gestual) y de las funciones oro-faciales. El sistema orofacial está formado por todos los órganos implicados en una correcta respiración, articulación y fonación, masticación y deglución.
Esta definición implica también otras señales para acudir al logopeda. Por ejemplo, si tu hijo habla poco o nada en entornos sociales o si tiene alteraciones físicas en labios, mandíbula o lengua que pueden dificultar el habla y la alimentación.
Por otro lado, los niños que padecen TEA (Trastorno del Espectro Autista), parálisis cerebral, síndrome de Down, así como otros trastornos y alteraciones, también pueden beneficiarse de tratamiento logopédico. Puedes consultar los servicios que ofrecemos en Jennifer Mateos logopedia.
A nivel general, en caso de que tu hijo presente dificultades en alguna de las áreas que comprende la logopedia es conveniente consultar con un logopeda. El logopeda te asesorará, derivará a otros especialistas o iniciará el tratamiento más adecuado si resulta necesario.
Importancia del diagnóstico e intervención temprana
No quiero terminar este artículo sin antes hablar de la detección precoz e intervención temprana. Ambas son cruciales para corregir cuanto antes las dificultades que presenta el niño y evitar que se agraven y repercutan en problemas de socialización, desarrollo emocional o aprendizaje escolar. Es importante conocer que el período que comprende desde el nacimiento hasta los 6 años es el de mayor plasticidad cerebral, por lo que, la intervención en esta etapa será muy productiva.
En caso de la presencia de algún indicio de alarma, no mantén la calma, puede que tu hijo, simplemente, tenga un ritmo de desarrollo más lento. No obstante, ante la duda es conveniente la búsqueda de ayuda logopédica para determinar la existencia de alteraciones o descartarlas.
En Jennifer Mateos Logopedia resolvemos tus dudas y te orientamos sobre los pasos a seguir. El centro brinda terapia personalizada para ayudar a su hijo a mejorar y dominar sus habilidades de comunicación, habla y lenguaje, audición, voz o problemas orofaciales. Si quieres más información, puedes ponerte en contacto conmigo.
Referencias bibliográficas
- Gallego, J. L. (2015). Los trastornos del lenguaje en el niño. Madrid: Ediciones de la U.
- Jiménez, J. (2010). Adquisición y desarrollo del lenguaje. Madrid: Ediciones Pirámide.
- Pérez, E. (2013). Diagnóstico e intervención en las dificultades evolutivas del lenguaje oral. Barcelona: Lebón.