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Disfagia o dificultad para tragar: tipos, causas y síntomas

Hombre con disfagia o dificultad para tragar

La alimentación, junto con la respiración, es fundamental para sobrevivir. Por este motivo, la acción de tragar los alimentos y líquidos (deglución) debe ser eficaz, es decir, permitir una adecuada nutrición e hidratación y también segura para evitar que los alimentos entren en las vías respiratorias. Sin embargo, hay personas para las que la deglución resulta difícil o imposible. Este problema recibe el nombre de disfagia y es más común y grave de lo que puedas pensar.

Si quieres conocer en qué consiste esta dificultad, qué tipos existen y sus casusas y síntomas, sigue leyendo.

1. ¿Qué es la disfagia?

La disfagia es un trastorno que afecta a la capacidad para tragar alimentos o líquidos.

La deglución es un proceso complejo que implica una serie de movimientos coordinados de los músculos de la boca, de la lengua, de la faringe y del esófago. Cualquier alteración del proceso puede provocar disfagia. La disfagia puede resultar en dificultades para tragar o en la imposibilidad de deglutir.

La disfagia puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad o género. Sin embargo, es más frecuente en personas mayores, ya que, a medida que envejecemos, los músculos que intervienen en la deglución se debilitan y se vuelven menos eficaces. Además, la disfagia también puede estar relacionada con diversas enfermedades, como la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer, cáncer o trastornos neurológicos, entre otros.

De acuerdo con los datos aportados por la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, 2 millones de personas podrían sufrir disfagia en España. Sin embargo, solo un 10% aproximadamente de los casos son diagnosticados.

2. ¿Cuáles son los síntomas de disfagia?

Los síntomas de la disfagia pueden variar según la causa y la gravedad del trastorno, pero, en general, se pueden clasificar en tres categorías: problemas en la fase oral, fase faríngea y fase esofágica de la deglución.

2.1. Fase oral de la deglución

Es la primera etapa en la que se prepara el bolo alimenticio para ser tragado. Los síntomas de la disfagia en esta etapa pueden incluir:

  • Dificultad para masticar y para impulsar el bolo alimenticio hacia la garganta.
  • Dificultad de mantener el bolo en el interior de la boca debido al inadecuado sello labial.
  • Necesidad de varios intentos de deglución para el mismo bolo alimenticio (deglución fraccionada).
  • Tos o atragantamiento durante la deglución.
  • Sensación de que los alimentos se quedan atascados en la boca o en la garganta.
  • Babeo excesivo.
  • Restos de alimentos en la boca después de tragar.
  • Pérdida de peso debido a la dificultad para comer.

2.2. Fase faríngea de la deglución

Etapa en la que el bolo alimenticio pasa por la faringe hacia el esófago. Los síntomas en esta fase pueden incluir:

  • Tos o atragantamiento durante la deglución.
  • Sensación de que los alimentos o líquidos se quedan atascados en la garganta.
  • Carraspeo durante la comida o posteriormente.
  • Dolor al tragar o garganta irritada.
  • Voz ronca.
  • Náuseas.
  • Imposibilidad de tragar.

2.3. Fase esofágica de la deglución

Es la etapa en la que el bolo alimenticio es empujado por el esófago hacia el estómago, los síntomas pueden incluir:

  • Dolor al tragar.
  • Sensación de que los alimentos se quedan atascados en el pecho.
  • Regurgitación de alimentos.
  • Náuseas y vómitos.
  • Acidez estomacal.

Además de estos síntomas, la disfagia también puede manifestarse con otros signos como respiración ruidosa, falta de aire y fatiga durante la alimentación, la evitación de ciertos alimentos o la necesidad de triturar los alimentos para facilitar la deglución.

3. ¿Existen diferentes tipos de disfagia?

La disfagia puede presentarse en diferentes tipos. Cada tipo de disfagia tiene diferentes causas, síntomas y tratamientos. A continuación, veremos diferentes clasificaciones de disfagia.

3.1. Según la zona afectada

Según la zona afectada, la disfagia se puede dividir en: disfagia orofaríngea, disfagia esofágica y disfagia combinada.

  • Disfagia orofaríngea: Dificultad para comenzar la deglución y/o trasladar alimentos y líquidos desde la boca pasando por la faringe hasta el inicio del esófago. Como síntomas principales suele ser habitual la sensación de atasco del alimento en la garganta, tos, carraspeo, náuseas y, en ocasiones, sensación de que el alimento se dirige hacia la nariz.
  • Disfagia esofágica: En la disfagia esofágica, el problema es el transporte del bolo alimenticio por el esófago hasta el estómago. Los síntomas principales son la sensación de obstrucción en el pecho, regurgitación y náuseas.
  • Disfagia combinada: Se produce cuando existen problemas tanto en la zona orofaríngea como en la región esofágica.

3.2. Según la consistencia que dificulta la deglución

Según la consistencia que dificulta la deglución nos encontramos tres tipos de disfagia: disfagia a sólidos, líquidos y mixta.

  • Disfagia a sólidos: Como su nombre indica es la dificultad para deglutir alimentos sólidos, siendo necesario la trituración de los alimentos hasta conseguir una textura de puré.
  • Disfagia a líquidos: Es dificultad para beber líquidos. Para facilitar la deglución se utilizan espesantes.
  • Disfagia mixta: Es la combinación de las dos anteriores, por lo que existe dificultad para ingerir líquidos y alimentos sólidos.

3.3. Según la causa que produzca la disfagia

Según la causa que produzca la disfagia, se puede hablar de dos tipos: disfagia funcional o motora y disfagia mecánica u obstructiva.

  • Disfagia funcional o motora: Causada por envejecimiento y por enfermedades neurológicas que provocan que las señales nerviosas no lleguen a los músculos para ejercer su función durante la masticación y la deglución.
  • Disfagia mecánica u obstructiva: Dificultad para tragar causada por un problema físico o estructural en el tracto digestivo superior.  Puede haber una obstrucción parcial o completa en la garganta, faringe o esófago. Suele afectar, sobre todo, a alimentos sólidos. Genera dificultad para tragar, sensación de obstrucción o bloqueo al tragar, dolor o malestar al tragar, regurgitación de alimentos no digeridos y pérdida de peso no intencional.
  • Según el tiempo que duran los síntomas: Según el tiempo que duran los síntomas, la disfagia puede ser temporal o crónica. La disfagia temporal es causada por una infección, inflamación o lesión. La disfagia crónica comúnmente es causada por trastornos neurológicos o estructurales.
infografía con los distintos tipos de disfagia o dificultad para tragar

4. ¿Qué causa la disfagia?

Las causas pueden ser muy distintas, dependiendo del tipo de disfagia que presente la persona. Te muestro las causas principales para cada tipo de disfagia.

4.1. Disfagia orofaríngea

  • Infecciones de garganta.
  • Enfermedades musculares: distrofia muscular y miastenia gravis.
  • Enfermedades neurológicas: esclerosis múltiple, Alzheimer, ELA, enfermedad de Parkinson, tumor cerebral, síndrome de Guillain-Barré, parálisis cerebral o accidente cerebrovascular.
  • Traumatismo craneoencefálico
  • Tumor en la zona orofaríngea.
  • Daños secundarios a una cirugía de cabeza, boca o faringe.
  • Tratamientos oncológicos como radioterapia pueden producir pequeñas heridas e inflamaciones.
  • Divertículos faringo-esofágicos o divertículos de Zenker: La mucosa de la pared de la parte superior del esófago, cerca de la unión con la faringe, crea unas bolsitas donde se almacena la comida.
  • Excesivo agrandamiento de la glándula tiroides.
  • Las anomalías óseas en la región cervical pueden bloquear el bolo alimenticio.

4.2. Disfagia esofágica

  • Espasmo difuso: los músculos del esófago se contraen de manera descoordinada y espasmódica después de tragar.
  • Estenosis esofágica: estrechamiento del esófago que puede ser congénito o producido por un tumor, cicatrización o inflamación.
  • Reflujo gastroesofágico: la acidez del estómago puede dañar la mucosa del esófago y provocar espasmos.
  • Esofagitis eosinofílica: inflamación de la mucosa esofágica provocada, generalmente, por una alergia alimentaria.
  • Esclerodermia: Rigidez del tejido del esófago parecido a una cicatriz que provoca un esfínter esofágico débil, propiciando la acumulación de acidez en el esófago.
  • Acalasia: El esfínter esofágico inferior (EEI), un músculo que normalmente se relaja para permitir que los alimentos pasen al estómago, no funciona correctamente y los alimentos regresan a la garganta.
  • Infecciones del esófago
  • Enfermedad de Chagas: enfermedad causada por la picadura de un insecto que afecta al esófago y dificulta el paso de los alimentos hacia el estómago.
  • Debilidad de los músculos de la pared del esófago.
  • Anillo de Schatzki o anillo esofágico inferior: estrechamiento anormal en la parte inferior del esófago, cerca de la unión con el estómago.
  • Intervención quirúrgica del cuello: puede dañar los músculos involucrados en la deglución.
  • Hernia de hiato: protrusión del estómago a través del diafragma hacia el tórax, lo que puede provocar obstrucción y dificultad para tragar.
  • Radioterapia: puede provocar inflamación, heridas y cicatrices en el esófago. 
  • Ingestión de tóxicos que pueden causar quemaduras en el esófago.
  • Amiloidosis: enfermedad causada por la acumulación anormal de una proteína en los tejidos y órganos del cuerpo. La acumulación de amiloide en los tejidos del esófago puede provocar estrechamiento y rigidez, lo que dificulta el paso de los alimentos hacia el estómago.

4.3. Disfagia combinada

Puede ser el resultado de múltiples causas, como la esclerosis múltiple, la intubación prolongada o el síndrome de Cushing entre otras muchas causas. El síndrome de Cushing se produce por un exceso prolongado de cortisol. En ocasiones, puede dar como resultado una debilidad muscular que afecta los músculos involucrados en el proceso de deglución.

5. Otros factores de riesgo

Existen además otros factores de riesgo que pueden producir disfagia.

  • Envejecimiento: la musculatura implicada en la deglución pierde fuerza y flexibilidad, lo que puede hacer que la deglución sea más difícil y aumentar el riesgo de disfagia. En este caso, el término correcto para denominar los cambios que ocurren con el paso de los años se llama presbifagia.
  • Toma prolongada de ciertos medicamentos (antidepresivos, relajantes musculares o medicamentos para la presión arterial).
  • Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y asma pueden dificultar la respiración durante la deglución, lo que aumenta el riesgo de disfagia.
  • Enfermedad de Lyme: enfermedad causada por una bacteria transmitida a través de la picadura de una garrapata infectada. En una minoría de casos, la enfermedad afecta los nervios y músculos involucrados en el proceso de deglución.

6. Disfagia en niños

La disfagia en niños puede tener etiología distinta. Las causas de disfagia en edades tempranas pueden ser:

  • Ingerir objetos que pueden permanecer atascados en la garganta.
  • Labio leporino, paladar hendido o fisura labiopalatina.
  • Lengua grande o macroglosia.
  • Hipertrofia o tamaño grande de las amígdalas.
  • Desarrollo musculoesquelético inadecuado de los maxilares o la estructura bucal.
  • Anomalías de las piezas dentarias.

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7. Referencias bibliográficas

  1. Clavé, P., Arreola, V., & Romea, M. (2017). Disfagia orofaríngea en la práctica clínica. Barcelona: Elsevier.
  2. Martínez-Sánchez, L. M., & Piñero-Pinto, E. (2019). Disfagia orofaríngea: revisión y puesta al día. FMC Formación Médica Continuada en Atención Primaria, 26(1), 15-22.

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Jennifer Mateos

Soy Jennifer Mateos, Logopeda con más de 10 años de experiencia. Estoy Graduada en Logopedia por la Universidad de Salamanca y estoy colegiada en el Colegio de Logopedas del País Vasco (nº de colegiada: 480550). Actualmente, trabajo como Logopeda en mi propio despacho que está ubicado en el centro de Bilbao.