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Disfagia o dificultad para tragar: consecuencias, diagnóstico y tratamiento

Hombre con disfagia o dificultad para tragar

Como hemos visto en el anterior artículo en el que hablábamos sobre qué es la disfagia, tipos, síntomas y sus casusas, la disfagia en un problema en la deglución de los alimentos y líquidos que puede llegar a hacer que la acción de tragar sea imposible. Si quieres conocer el impacto de este problema en las personas que la padecen, cómo se realiza el diagnóstico y las opciones de tratamiento sigue leyendo.

Si quieres leer el primer post que escribí sobre disfagia en el que hablamos sobre qué es la disfagia, cuáles son los tipos que hay, sus síntomas y casusas, puedes echar primero un vistazo a ese post y después, continuar leyendo este.

1. ¿Qué consecuencias puede producir la disfagia?

La disfagia puede tener graves consecuencias y complicaciones en la salud y calidad de vida de las personas que la padecen. Algunas de las consecuencias pueden ser:

  • Desnutrición y deshidratación: La dificultad para ingerir alimentos y líquidos puede conllevar a una reducción en la ingesta de nutrientes necesarios para mantener una buena salud. La disfagia también puede afectar la capacidad para tragar medicamentos, lo que puede afectar el tratamiento de enfermedades y agravar los síntomas.
  • Riesgo de aspiración, neumonía y otras infecciones respiratorias: La aspiración ocurre cuando los alimentos o líquidos ingresan a las vías respiratorias en lugar del tracto digestivo. La aspiración puede provocar neumonía y otras infecciones respiratorias, especialmente en personas mayores y aquellas con un sistema inmunológico debilitado que puede desencadenar en fallecimiento.
  • Disminución de la vida social: Las personas pueden evitar los eventos en los que se ingieran alimentos y/o líquidos, por lo que las relaciones sociales pueden verse afectadas gravemente.
  • Atragantamiento: El atragantamiento ocurre cuando un trozo de comida queda atascado en las vías respiratorias y bloquea parcial o completamente el flujo de aire. Si el bloqueo es completo y las maniobras indicadas no tienen efecto, la persona puede llegar a morir.
  • Fobia a comer (sitofobia): Las experiencias traumáticas de atragantamiento y las sensaciones de dolor al tragar pueden provocar mucha ansiedad a la persona que puede incluso desarrollar fobia a comer. Esto puede conducir a una restricción severa de la alimentación afectando gravemente la salud.
consecuencias de la disfagia

2. ¿Cómo se realiza el diagnóstico?

En muchas ocasiones, la disfagia queda en segundo plano ante la gravedad del trastorno base que la ocasiona. Sin embargo, es muy importante identificar y tratar la disfagia de manera temprana, ya que puede tener consecuencias graves para la salud.

El diagnóstico de la disfagia implica una evaluación exhaustiva de los síntomas y la causa subyacente. El proceso del diagnóstico suele comenzar con la revisión de los antecedentes médicos y la recogida de información sobre síntomas, inicio y evolución. Puede realizarse la observación de los movimientos de la lengua, de los labios y de la mandíbula, así como la valoración de la fuerza y coordinación muscular necesarias para una deglución adecuada.  Ante la sospecha de disfagia pueden aplicarse diferentes pruebas entre las que se encuentran las siguientes:

  • Videofluoroscopia: El paciente traga una sustancia llamada contraste mezclada con líquidos o alimentos de diferentes consistencias. El profesional visualiza el recorrido de la sustancia y las dificultades que se pueden presentar en las diferentes etapas: oral, faríngea y esofágica, así como posibles aspiraciones.
  • Endoscopia: Se introduce el endoscopio, tubo flexible con un haz de luz o cámara en el extremo, en la nariz o la garganta. Permite observar alteraciones en faringe, garganta y esófago.
  • Manometría esofágica: Se realiza a través de un catéter introducido por nariz o boca que llega al esófago. Permite medir las contracciones musculares del esófago durante la deglución.
  • Tomografía computarizada del esófago: El paciente se acuesta en una mesa que se desliza dentro de un escáner de tomografía computarizada. El escáner toma múltiples imágenes transversales del esófago, desde diferentes ángulos, y la computadora procesa estas imágenes para crear una representación tridimensional del esófago. También puede llevarse a cabo una resonancia magnética con el mismo objetivo.

Además de estas pruebas, pueden ser necesario realizar técnicas de neuroimagen para detectar anomalías en el cerebro o pruebas de electromiografía para comprobar la actividad muscular y, de esta forma, detectar la causa subyacente.

3. Alimentos que dificultan la deglución

Es importante conocer qué alimentos pueden hacer que la deglución sea más costosa en las personas con disfagia y evitar, en la medida de lo posible, su consumo.

  • Alimentos con dos consistencias: alimentos que no tengan una textura uniforme como yogur con trozos de fruta, naranja, sopa con fideos, alimentos sólidos con salsa…
  • Alimentos fácilmente desmenuzables: galletas, pan tostado, hojaldre, frutos secos…
  • Alimentos pegajosos: miel, plátano, chocolate, pan de molde, caramelo…
  • Alimentos fibrosos: piña, espárragos, judías verdes…
  • Alimentos con semillas, huesos o espinas.

4. ¿Cómo se puede tratar la disfagia?

El tratamiento de la disfagia depende de la causa subyacente y el tipo de disfagia que presenta el paciente. El tratamiento de la disfagia debe ser individualizado y adaptado a las necesidades y habilidades del paciente, lo que puede requerir modificaciones a medida que cambian las necesidades del paciente.

 Si la disfagia es temporal y se debe a una infección o lesión, el tratamiento puede ser tan simple como un período de descanso y evitar ciertos alimentos. Sin embargo, si la disfagia es duradera se puede necesitar un abordaje multidisciplinar que puede incluir gastroenterólogo, dietista-nutricionista, logopeda o foniatra, cirujano especializado y psicólogo. El objetivo del tratamiento es mejorar la seguridad y eficacia de la deglución para prevenir las complicaciones que hemos descrito anteriormente.

  • Dietética y nutrición: El dietista-nutricionista también desempeña un papel importante en el tratamiento de la disfagia, ya que se encarga de adaptar la dieta a las necesidades individuales de cada paciente. El nutricionista puede recomendar suplementos nutricionales para garantizar una alimentación adecuada y evitar posibles complicaciones derivadas de la disfagia. También puede encargarse de modificar la textura y consistencia de los alimentos para facilitar la deglución.
  • Terapia psicológica: La disfagia no solo afecta a la salud física del paciente, sino que también puede tener un impacto en su bienestar emocional. Por ello, el apoyo psicológico también puede ser una parte importante del tratamiento.
  • Intervención logopédica: El logopeda puede llevar a cabo terapia miofuncional con el paciente para mejorar la coordinación de los músculos utilizados en la deglución, aumentar la fuerza y resistencia muscular, mejorar la sensación en la boca y la garganta, y mejorar la capacidad para controlar la saliva y los líquidos. Asimismo, los ejercicios de respiración pueden mejorar la función pulmonar y la capacidad para controlar la respiración durante la deglución. La enseñanza de técnicas de deglución, técnicas posturales y estrategias para facilitar la deglución son también parte fundamental del tratamiento.

Es importante adaptar la dieta a las necesidades del paciente. En algunos casos, se recomienda seguir una dieta blanda o triturada, mientras que en otros se permite el consumo de alimentos sólidos. Además, el logopeda puede sugerir modificaciones en la textura, tamaño y consistencia de los alimentos, como espesar líquidos o suavizar los alimentos sólidos.

La terapia también puede incluir el uso de vasos adaptados con boquillas anguladas o válvulas de control de flujo, cojines cervicales para proporcionar soporte y estabilidad al cuello y la cabeza durante la deglución.

El tratamiento de la disfagia esofágica, en ocasiones, puede ir más allá de la intervención logopédica requiriendo otras medidas como:

  • Medicación: analgésicos para el dolor de garganta, corticoides para reducir la esofagitis eosinofílica, antiácido para combatir la acidez estomacal o relajantes musculares para eliminar el espasmo esofágico.
  • Dilatación esofágica en caso de acalasia, de estrechamiento del esófago, dificultades de motilidad o de la presencia de un anillo de Schatzki.
  • Colocación de un stent: este tubo expandible sirve para ensanchar un estrechamiento y permitir desatascar una obstrucción en el esófago.
  • Cirugía para eliminar divertículos, tumor o acalasia.
  • Inyección de toxina botulínica: para conseguir la relajación del esfínter esofágico inferior.

Cuando la disfagia es tan grave que imposibilita la deglución, se puede proceder a realizar una alimentación enteral a través de una sonda nasogástrica. También se puede realizar una gastrostomía que consiste en la apertura en la pared abdominal de un orificio que permite una alimentación directa al estómago.

Si este post te ha parecido interesante, te dejo otro post que podría apetecerte leer: Los músculos de la cara y sus funciones.

5. Referencias bibliográficas

  1. Basterra Alegría, J., & Gutiérrez-Fernández, J. (2019). Disfagia orofaríngea: diagnóstico y tratamiento. Revista Española de Enfermedades Digestivas, 111(8), 619-628.
  2. Clavé, P., Arreola, V., & Romea, M. (2017). Disfagia orofaríngea en la práctica clínica. Barcelona: Elsevier.
  3. Martínez-Sánchez, L. M., & Piñero-Pinto, E. (2019). Disfagia orofaríngea: revisión y puesta al día. FMC Formación Médica Continuada en Atención Primaria, 26(1), 15-22.

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Jennifer Mateos

Soy Jennifer Mateos, Logopeda con más de 10 años de experiencia. Estoy Graduada en Logopedia por la Universidad de Salamanca y estoy colegiada en el Colegio de Logopedas del País Vasco (nº de colegiada: 480550). Actualmente, trabajo como Logopeda en mi propio despacho que está ubicado en el centro de Bilbao.