¿Sabes lo que es la bradilalia? ¡Hoy te lo cuento todo sobre esta alteración! Las personas necesitamos comunicarnos con los demás como seres sociales que somos. El lenguaje oral es la forma más directa, accesible y rápida que tenemos los humanos para comunicarnos. Es por ello, que el mundo está construido y enfocado a este canal de comunicación. Pero, ¿Qué ocurre cuando hay una alteración en el habla que hace que nuestro mensaje no llegue al interlocutor de la forma en que nosotros deseamos?
¿Qué es la bradilalia?
La bradilalia es una alteración provocada por una lesión neurológica, que produce enlentecimiento en la producción del lenguaje, dificultad para la articulación y disminución de la fluidez verbal. Suelen producirse bloqueos, repetición y prolongación de sonidos y puede aparecer el cese de habla de manera temporal. Además, en ocasiones, el tono de voz puede volverse monótono.
La bradilalia (otro nombre para esta alteración es bradifasia) puede estar presente desde la infancia o puede aparecer en la etapa adulta. Puedes leer este otro post para saber cuáles son las señales para llevar a un niño al logopeda.
Síntomas de bradilalia
En ocasiones la bradilalia es un síntoma indicador de enfermedades subyacentes, aunque también puede ser un trastorno con entidad propia.
Además, de la velocidad lenta a la hora de hablar, las personas con bradilalia tienen dificultad en la articulación y, habitualmente, una voz monótona y con una leve distorsión. También suelen presentar problemas en la fluidez verbal al repetir o alargar sonidos, hacer pausas inadecuadas o bloqueos.
En el caso de las personas que padecen esclerosis múltiple, se puede presentar parpadeo y movimientos de cabeza simultáneos al habla, así como la adición de sonidos o palabras en las frases.
Causas de la bradilalia
Generalmente, la bradilalia se origina por una lesión en las áreas del cerebro encargadas de la producción del habla lo que provoca problemas en la función de los órganos fonadores. En ocasiones, el sistema respiratorio puede estar afectado también. A pesar de que estos órganos no tienen ninguna anomalía o lesión física, la incorrecta utilización de los mismos termina produciendo atrofia. A continuación, se nombran algunas de las posibles causas para la bradilalia:
- Lesiones cerebrales como parálisis cerebral o esclerosis múltiple
- Accidentes cerebrovasculares (ACV)
- Traumatismos craneoencefálicos (TCE)
- Enfermedades neurodegenerativas (Parkinson, demencias, Alzheimer)
- Afecciones que provocan discapacidad intelectual como Síndrome de Down
- Estados de confusión
- Problemas psiquiátricos como depresión mayor o psicosis
- Trastornos del neurodesarrollo
- Intoxicación por haber ingerido sustancias que actúan sobre el sistema nervioso
- Efectos secundarios de medicamentos como los antidepresivos
- Nódulos o pólipos en las cuerdas o pliegues vocales
- Debilidad muscular
- Hipotiroidismo
- Diabetes
- Lesión en los pliegues vocales
- Dificultades respiratorias
Consecuencias de la bradilalia
Debido a la lentitud del habla y a las alteraciones de fluidez, el mensaje que la persona con bradilalia desea transmitir tiende a no llegar íntegro al interlocutor, quien puede no entender el mensaje proporcionado.
Diferencia entre los términos taquilalia y bradilalia
La bradilalia se caracteriza por un habla lenta con disminución en la fluidez verbal. El lado opuesto a la bradilalia es la taquilalia que provoca un habla y una fluidez verbal muy rápida, afectando a la comprensión del lenguaje por la excesiva velocidad. Este ritmo acelerado suele provocar confusiones de sílabas y la articulación incompleta de palabras.
Evaluación y tratamiento
La evaluación se lleva a cabo por un logopeda o por un foniatra que tratará de buscar la causa de los síntomas que presenta el paciente a través de la historia clínica y de diferentes pruebas que pueden conllevar informes de otros especialistas sanitarios como otorrinolaringólogo o neurólogo.
La multitud de causas que pueden provocar bradilalia hace que el tratamiento sea muy diferente dependiendo de la causa que la origine. Si la causa de la bradilalia es una enfermedad o trastorno que tiene un tratamiento que provoca mejoría o cura, el plan de tratamiento para la bradilalia se enfoca en tratar la afección subyacente y, de esta forma, la bradilalia disminuirá o desaparecerá.
El tratamiento de la bradilalia como trastorno del habla tiene como objetivo mejorar la fluidez y aumentar la velocidad de habla. Para ello, el logopeda o foniatra trabajará, entre otros aspectos, la coordinación fonorespiratoria y el fortalecimiento de los órganos que participan en el habla mediante terapia miofuncional. En los casos que no se consigue recuperar la velocidad de habla normal, enseñará técnicas para enmascarar y disimular los síntomas de la bradilalia. A veces, será necesario el trabajo de un equipo multidisciplinar de logopedia, fisioterapia para fortalecer los músculos respiratorios, estimulación cognitiva y terapeuta ocupacional.
En muchas ocasiones el daño cerebral es irreversible. Actualmente, existen tratamientos, en fase experimental que persiguen el crecimiento neuronal de las áreas cerebrales lesionadas. En casos graves, se puede recurrir a sistemas alternativos de comunicación como aplicaciones para móviles o tablets con salida de voz o, simplemente, la escritura convencional.
El tratamiento sobre la causa o los síntomas es importante pero no debe descuidarse la salud mental del paciente. La terapia psicológica ayuda a afrontar y a aceptar la convivencia con los síntomas de bradilalia en un buen estado anímico y emocional.
En el caso de los niños, es importante detectar las dificultades que puede presentar en el centro educativo e intentar reducirlas con adaptación curricular individualizada (ACI) si fuera necesario.
Referencias bibliográficas
- Coll-Florit, M. (Coord.). (2020). Trastornos del habla y de la voz. Barcelona: UOC.
- Perelló, J. (1995). Trastornos del habla. Barcelona: Masson.
- Susanibar, F., Dioses, A., Marchesan, I., Guzmán, M., Leal, G., Guitar B. y Junqueira, B. (2016). Trastornos del habla: de los fundamentos a la evaluación. Madrid: EOS.